Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

lunes, 17 de junio de 2013

Una advertencia muy seria

Hace ahora algo más de un par de años resumíamos en esta bitácora la historia de Skull and Bones, la curiosa sociedad secreta universitaria con sede en la universidad de Yale que ha servido, y sigue sirviendo, de semillero de directivos de gran poder personal en los Estados Unidos (empezando por varios presidentes de este país y continuando por un amplio abanico de altísimos cargos del mismo). Hace mucho tiempo que Mac Namara me contó cómo funcionaba la que calificó como "una más de las capas de la cebolla" que envuelve el misterioso "núcleo duro" de los Amos verdaderos de este planeta. Mi gato conspiranoico me explicó que durante años estuvo literalmente prohibido hablar de este grupo: tan prohibido, que algunos investigadores norteamericanos que se dedicaron a investigar sus actividades sufrieron oportunos fallecimientos de todo tipo. 

Lo mismo ha sucedido con otros buscadores de información que se acercaron demasiado a grupos relacionados de una u otra forma con ese tipo de poder oscuro: otras "capas" como los bildelbergers o el Council of Foreing Relations...  Sin embargo, la revolución de las comunicaciones aportada por el mundo informático y, en especial, por Internet, ha dificultado enormemente seguir ocultando este tipo de cosas. Así que la estrategia ha cambiado por completo: ahora no se trata de ocultar las informaciones reveladoras sino de clonarlas y multiplicarlas ad infinitum en cuanto alguien las filtra. Eso sí, introduciendo errores garrafales en ellas para que el lector serio las descalifique en su totalidad en cuando advierta esos errores. A pesar de ello, la oportunidad actual es inmensa. Sí: es cierto que Internet se usa para espiarnos masivamente, pero no lo es menos que gracias a la red el hombre corriente dispone de la mejor posibilidad de toda su Historia (hasta que a los Amos no se les ocurra cómo cerrarla definitivamente al gran público sin levantar protestas) para acceder a informaciones hasta ahora al alcance de un grupo muy escogido y limitado de personas relacionadas con los que mandan.

En España tuvimos nuestro propio y extraño caso de investigador eliminado de un día para otro. En realidad, no ha sido el único, pero sí el más significativo. Hablo por supuesto de Andreas Faber Kaiser, uno de los mejores periodistas e investigadores de "cosas raras" que jamás ha dado la piel de toro. Un hombre apasionado por su trabajo, con una curiosidad y tenacidad características, que se recorrió medio mundo tratando de desentrañar todo tipo de enigmas y que fundó la (y esto es una opinión personal) mejor revista del misterio que jamás se ha editado en España, teniendo en cuenta los recursos disponibles, la época en la que existió y los desafíos a los que tuvo que hacer frente: Mundo Desconocido. Prueba de su extraordinaria labor con ella es la porfía con la que hoy día los autodenominados (e, increíblemente, orgullosos de serlo) "escépticos integrales", colaboran consciente o inconscientemente con los Amos en la labor de denigrar sus publicaciones periodísticas escupiendo sobre su memoria, magnificando sus errores y, sobre todo, escondiendo sus muchos y espectaculares aciertos. Éste es un buen ejemplo de que sólo una persona importante merece importantes enemigos.

 Poco antes de fallecer, enfermo de una neumonía que habría sido presuntamente generada por el virus del SIDA, Faber Kaiser publicó uno de los artículos más estremecedores que jamás he leído, viniendo de quien venía. Fue en octubre de 1993, en el número 56 de la revista que hoy se considera como heredera más exitosa de la que él puso en marcha: Más Allá de la Ciencia. Se titulaba Entre la vida y la muerte, con el antetítulo de Confesiones de Andreas Faber Kaiser. Recopilo aquí algunas de las reveladoras declaraciones de ese texto, que escribió desde el lecho del dolor:

* "...En el hospital de Sant Pau, en Barcelona, estuvieron a punto de ingresarme, de hacerme una transfusión de sangre, y habían decidido ya que debía hacerme una broncoscopia, aparte de que me insistieron hasta casi la amenaza en que debía tomar inmediatamente el Retrovir o AZT. Me negué rotundamente a las cuatro cosas. Solamente accedí al tratamiento con 'Septrin forte' (...) me fui a descansar al campo a casa de un amigo homeópata y sanador integral (...) a pesar de no haberles hecho caso, al cabo de tres semanas cuando escribo estas líneas sigo estando a tiempo. Y ello precisamente porque he optado por la medicina alternativa..."

(El amigo al que se refiere era André Malby, quien le acogió y trató en su propia casa, con bastante éxito a juzgar por el estado en el que se encontraba cuando abandonó el hospital, en la antesala de la muerte, y el que mostraba poco tiempo después en las fotografías de una entrevista con el propio Malby, anexa al artículo; por cierto que Faber Kaiser poseía ya en aquel momento importante información acerca de la naturaleza del peligrosísimo AZT, capaz de matar las células cancerígenas..., y también las sanas, como tuvieron ocasión de comprobar -y sufrir por ello- muchas personas tratadas con esta terrible medicación.)

* "...A lo largo de mi vida he pasado por auténticas ocasiones de peligros, pero siempre externos, que permitían que la inteligencia, la intuición, la prudencia, la decisión de acción y, en último caso, la violencia física, te sacaran de la situación comprometida (...) pero nunca había experimentado la realidad implacable de que mi cuerpo se iba consumiendo desde dentro sin freno..."

(Los trabajos periodísticos de nuestro hombre le habían enfrentado con situaciones enormemente complicadas en distintas partes del mundo. Él solía contar algunas anécdotas acerca de esos momentos de verdadero riesgo para su propia vida de los que había logrado salir indemne gracias a las cualidades enumeradas y a su propia fortaleza física, jamás cuestionada hasta el momento de la publicación de este texto.)

* "...Nunca había estado realmente enfermo en mi vida. Y aquí es donde nacen unas reflexiones íntimas siniestras (...) Mayo de 1987: me paso éste y los siguientes meses en Madrid y poblaciones de Castilla investigando las implicaciones criminales de determinados estamentos oficiales, entre ellos los sanitarios españoles y extranjeros, en la intoxicación masiva del Síndrome Tóxico de 1981. Un mes después de iniciar la investigación, o sea en junio de 1987, tras donar sangre para la madre de una amiga mía, el análisis rutinario siguiente muestra la existencia en mi sangre de anticuerpos contra el VIH. Me sumo, pues, a la serie de de investigadores, médicos y hasta autoridades, como por poner un ejemplo Juan José Rosón (exministro de Interior en el gobierno de UCD que falleció con sólo 53 años en 1986, oficialmente de un cáncer de pulmón), que murieron o quedaron afectados de repentinos e inexplicables cánceres y otras dolencias durante la investigación que hacían del Síndrome Tóxico..."

(Las investigaciones sobre las que hablaba dieron lugar a Pacto de silencio,  tremendo libro que publicó al año siguiente y que planteaba la verosímil hipótesis de que el aceite de colza no fue la causa del Síndrome Tóxico que a partir de la primavera de 1981 mató a cientos de personas y provocó diversas afecciones a decenas de miles. A su juicio, el envenenamiento habría sido culpa de unos tomates tratados por una combinación de pesticidas dentro de un ensayo de guerra química desarrollado en secreto en España por los Estados Unidos. Este libro llegó a ser citado en las sesiones del juicio oficial por este caso y sin embargo, como señala Faber Kaiser, en su artículo: "...ninguna de las muchas autoridades que cito y cuya actitud punible especifico en el el libro mueve un solo dedo para iniciar una querella contra mí, porque son conscientes de que con ello sólo lograrían que yo tire todavía más de la manta que oculta su complicidad en un crimen masivo...")

* "...este año, 1993, publico casi seguidos en esta misma revista, 'Más Allá', dos artículos extraordinariamente críticos con los sistemas sanitarios oficiales, no solamente españoles sino también mundiales. Nuevamente, las advertencias de mis amigos, pero sigo sin hacerles caso. Pero al cabo de poco tiempo me aparece la neumonía que estuvo a punto de acabar con mi vida hace unas semanas..."

(Sin duda, una siniestra coincidencia. Una persona fuerte, sana, sin ningún problema físico, que se ve afectada por una dolencia tan terrible justo después de publicar estos textos.)
 
*  ..."Tampoco puedo sacarme de la cabeza el hecho de que mi íntimo amigo, compañero de investigación y auténtico hermano, el periodista argentino Alejandro Vignati, murió ahora hace once años, de muerte no aclarada aún hasta hoy, en un hotel de Caracas desde donde estaba investigando para mi publicación 'Mundo Desconocido' los últimos experimentos norteamericanos en el campo de las armas químicas y bacteriológicas. Al cabo de dos meses escasos de su muerte me vi obligado a suspender la publicación de la citada revista..."

(Otra curiosa coincidencia.)
 
* "... de momento, he tomado la firme decisión de no publicar lo que era una bomba periodística, un reportaje que titulo 'Noches de Blanco Satán-Satán en la Casa Blanca' y que desvela con abundancia de documentación las implicaciones de determinados sectores de la Casa Blanca, sin excluir al anterior presidente, en una ultrasecreta y restringida secta satánica nacida en una cripta de la Universidad de Yale, con ramificaciones en altos sectores de la industria, la economía y el periodismo norteamericano, con prácticas de ritos satánicos, pedofilia, perversión de menores, etcétera. Demasiada gente que sabía de ellos en los EE.UU. ha fallecido ya de muertes repentinas -accidentes de coche y otras- en el curso de sus investigaciones..."

(Al presidente norteamericano al que se refiere es George Bush padre y la secta satánica no es otra que Skull and Bones, de la que, en aquella época, poca gente sabía algo en EE.UU. y aún menos, en España.)

* "... yo albergaba la ilusión de dar a conocer públicamente estos hechos abominables de quienes gobiernan nuestro planeta y nuestras vidas. Más la decisión ahora es clara: no daré publicidad a este informe. Habéis ganado. Pero seguiré vivo (...) Lo que más me importa es la vida."

Cinco meses después de publicadas estas líneas, Andreas Faber Kaiser estaba muerto. Su recuperación se truncó, por causas que desconocemos, y falleció en el hospital barcelonés de Can Ruti, en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol el 14 de marzo de 1994. Es obvio que no aceptaron el trato que proponía. Sabía muchas cosas y podía terminar publicándolas por sí mismo o a través de personas interpuesta. No se fiaban de él (sobre todo, porque en su artículo añadía al final, retador: "jamás he caído en la desesperanza y he sabido encauzar cualquier conato de claudicación hacia una nueva esperanza de futuro"; lo cual era como decir: "me rindo, pero poco").


Tenía 49 años de edad. 

 




2 comentarios:

  1. Nadie ha podido ocupar el vacío que han dejado personas como Andreas, Malby, Jimenez del Oso. Ha sido todo un privilegio conocerles. Felicitaciones por este blog.

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  2. Un investigador que te daba confianza. Posiblemente ingenuo en su terquedad, como todo ser humano realmente humano, quien tomó distancia con respecto al automatismo que impera en la actualidad. Un cordial saludo

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